Los guantes de boxeo han estado entre nosotros en distintas presentaciones desde los inicios de este deporte, hace 3000 años aproximadamente. En la Antigua Grecia se enrollaban las manos con cintas de cuero con la finalidad de protegerlas. No había ningún tipo de relleno en estos guantes, todo empezó de forma muy improvisada.
Casi todos habremos pensado que los guantes se inventaron para proteger a las personas de ser golpeadas, pero es al contrario, surgieron como método de seguridad para los pequeños huesos de la mano. Cuando empezó a aparecer el relleno, también fue para resguardar a la persona que da el puño, no a la que lo recibe.
Cuando los romanos tomaron el boxeo como deporte en herencia de los griegos, desafortunadamente lo fueron convirtiendo en un evento de vida o muerte entre gladiadores. Continuaron utilizando esa técnica de las cintas de cuero enrolladas, sin embargo, las endurecieron y les pegaron materiales metálicos y puntiagudos. Como resultado, en esa época muchos de los que peleaban terminaban muertos o con daños graves y permanentes.
Esto fue algo brutal hasta para los romanos de la época, al punto de que el boxeo se volvió ilegal en sus ciudades y provincias en el año 30 a.C. Ese disgusto por ese deporte creció tanto en el Imperio Romano que la prohibición continuó hasta la civilización Occidental por 1500 años más.
Cuando el boxeo apareció otra vez a finales de los años 1600, fue sin ningún tipo de protección en las manos. Sin embargo, no tardó mucho en re-aparecer el uso de los guantes y esta vez sí tenían relleno. Se podría decir que el inventor de los guantes de boxeo modernos fue Jack Broughton, un campeón británico en esta disciplina de los años 1700, pero a esto aún no se le daba uso oficial en los torneos públicos, solo se usaban en peleas callejeras.
Al momento en que se empezaron a ver muertes en las peleas sin protección, había que hacer algo urgente, pero todos se tardaron mucho en adoptar el uso de los guantes. Como resultado de esta negación a introducir estos instrumentos en las peleas, el boxeo creó una muy mala reputación que continúa hasta la actualidad, aunque hoy en día se ve con una frecuencia mucho más baja.
Toda esta escena de las peleas sin protección empezó a terminar en 1866 cuando John Graham Chambers publicó en Londres las Reglas del marqués de Queensbury. Este reglamento requería el uso de guantes obligatoriamente. Cuando empezó el siglo 20, las peleas con los puños al aire habrían desaparecido en los eventos presenciados por el público.
Uno de los últimos campeones que hubo en peleas sin el uso de guantes fue John L. Sullivan, quien luego intentó competir bajo las reglas de Queensbury y perdió su título en 1892 ante “Gentleman Jim” Corbett, el primer campeón en usar guantes.
En la actualidad los guantes se definen según el peso. Mientras más pesados, más seguros son para los concursantes. No solo porque ahora traen más protección, sino porque los peleadores más pesados no pueden golpear tan rápido como los de pesos livianos.
Casi todos habremos pensado que los guantes se inventaron para proteger a las personas de ser golpeadas, pero es al contrario, surgieron como método de seguridad para los pequeños huesos de la mano. Cuando empezó a aparecer el relleno, también fue para resguardar a la persona que da el puño, no a la que lo recibe.
Cuando los romanos tomaron el boxeo como deporte en herencia de los griegos, desafortunadamente lo fueron convirtiendo en un evento de vida o muerte entre gladiadores. Continuaron utilizando esa técnica de las cintas de cuero enrolladas, sin embargo, las endurecieron y les pegaron materiales metálicos y puntiagudos. Como resultado, en esa época muchos de los que peleaban terminaban muertos o con daños graves y permanentes.
Esto fue algo brutal hasta para los romanos de la época, al punto de que el boxeo se volvió ilegal en sus ciudades y provincias en el año 30 a.C. Ese disgusto por ese deporte creció tanto en el Imperio Romano que la prohibición continuó hasta la civilización Occidental por 1500 años más.
Cuando el boxeo apareció otra vez a finales de los años 1600, fue sin ningún tipo de protección en las manos. Sin embargo, no tardó mucho en re-aparecer el uso de los guantes y esta vez sí tenían relleno. Se podría decir que el inventor de los guantes de boxeo modernos fue Jack Broughton, un campeón británico en esta disciplina de los años 1700, pero a esto aún no se le daba uso oficial en los torneos públicos, solo se usaban en peleas callejeras.
Al momento en que se empezaron a ver muertes en las peleas sin protección, había que hacer algo urgente, pero todos se tardaron mucho en adoptar el uso de los guantes. Como resultado de esta negación a introducir estos instrumentos en las peleas, el boxeo creó una muy mala reputación que continúa hasta la actualidad, aunque hoy en día se ve con una frecuencia mucho más baja.
Toda esta escena de las peleas sin protección empezó a terminar en 1866 cuando John Graham Chambers publicó en Londres las Reglas del marqués de Queensbury. Este reglamento requería el uso de guantes obligatoriamente. Cuando empezó el siglo 20, las peleas con los puños al aire habrían desaparecido en los eventos presenciados por el público.
Uno de los últimos campeones que hubo en peleas sin el uso de guantes fue John L. Sullivan, quien luego intentó competir bajo las reglas de Queensbury y perdió su título en 1892 ante “Gentleman Jim” Corbett, el primer campeón en usar guantes.
En la actualidad los guantes se definen según el peso. Mientras más pesados, más seguros son para los concursantes. No solo porque ahora traen más protección, sino porque los peleadores más pesados no pueden golpear tan rápido como los de pesos livianos.
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