La tonfa, también conocida como tuifa, tunka o tonkwa, es un arma originaria de China y Okinawa , de la cual se derivó posteriormente el bastón policial moderno, o PR-24.
Al igual que otras armas tradicionales, éstas eran utensilios de labranza o de la vida del campo. La tonfa fue en sus orígenes un asa para hacer girar una rueda de molino, aunque también podría haber sido una herramienta para plantar vegetales.
El uso de las tonfas se enseña en el arte marcial del Kobudō (o en Karate , que tradicionalmente incorporaba también la anterior). Partiendo de la idea de que estas armas son una prolongación del puño, el practicante logra mayor alcance en los golpes. Por ese motivo, para practicar con estas armas, es conveniente saber manejar bien sus puños y antebrazos.
Técnicas
Habitualmente, las tonfas se utilizan por parejas, para poder así efectuar defensas y ataques simultáneos y su longitud debe ser ligeramente superior a la del antebrazo.
El mango de la tonfa, al ser perpendicular al cuerpo central, permite realizar movimientos circulares, dotando a los ataques de mayor fuerza debido al momento del giro.
La tonfa es un arma muy versátil debido a que el mango no está completamente centrado, lo que permite disponer de dos longitudes distintas para realizar movimientos según lo requiera la situación.
Con la tonfa se pueden realizar numerosas técnicas de defensa, ya que su forma y posición protege el antebrazo con gran eficacia y permite desviar tanto ataques con armas como ataques físicos de patada o puño.
Cogida por extremo, el mango de la tonfa puede utilizarse para realizar agarres, enganchando el cuello, rodilla, brazo o incluso el arma del adversario para dificultar sus movimientos o desarmarlo.
La Tonfa Policial o PR-24
Es la defensa reglamentaria más polivalente que los miembros de las Fuerzas y cuerpos de seguridad, tienen a su disposición.
Siendo muy recomendada como dotación para los componentes de unidades de patrulla de los distintos cuerpos policiales, debido a lo genérico del servicio que se les encomienda, ya que se enfrentan a un amplio abanico de situaciones.
Esta mayor posibilidad de recursos que aporta, se lo debe a su morfología, que se distingue por el YAWARA y que gracias a esta parte permite realizar giros y apoyos que no son posibles con el resto de las defensas.
Pero tendremos que tener en cuenta que la mayor capacidad defensiva que aporta la TONFA POLICIAL viene emparejada a la exigencia de un mayor nivel técnico para su uso, recomendándose siempre una progresión lógica en el aprendizaje de estas habilidades, que deben tener su inicio en las técnicas básicas de DEFENSA PERSONAL POLICIAL y que continúe con el manejo del BASTÓN POLICIAL cuyo dominio debe dar paso al trabajo con la TONFA POLICIAL.
Tras un aprendizaje adecuado nos podemos adaptar fácilmente a cualquier situación, ya sea normal de alerta o peligro sin salirnos del sometimiento a los principios básicos de actuación que establece el art. 5.2 de la l. 0. f. c. s. de congruencia, oportunidad y proporcionalidad, sin embargo, sin el aprendizaje adecuado podemos cometer una injerencia en el principio de proporcionalidad y poner en duda la idoneidad del medio empleado.
La facilidad de adaptación a cualquier situación nos la proporciona, como ya hemos mencionado, su morfología.
Tomemos un ejemplo práctico sujetando la TONFA por el YAWARA en empuñamiento corto o replegado desde la posición básica de seguridad y colocando sobre el extremo que sobresale la palma de nuestra otra mano, dejando prácticamente oculta la defensa, conseguimos una situación desde la que podemos responder con gran rapidez ante cualquier estímulo, manteniendo a su vez una posición discreta y una actitud no provocativa.
Una situación parecida podemos conseguir con el BASTÓN POLICÍAL en empuñamíento corto, pero carecemos del recurso de giro de la defensa que nos proporciona la sujeción de la TONFA por el YAWARA, reduciendo sensiblemente los recursos disponibles, además de la naturalidad que nos proporciona esta sujeción de la tonfa a la hora de aplicar ataques directos que son indispensables en muchos casos para introducirnos en la distancia del agresor para aplicarle una técnica de control.
Así mismo, desde la posición del ejemplo anterior, podemos actuar ante una situación normal aplicando una presión con la punta de la tonfa sobre el abdomen de un sujeto al que pretendemos desplazar o que nos ofrece una resistencia pasiva o en el caso de una situación de alerta nos permita realizar una técnica de detención al paso, desplegando rápidamente la TONFA mediante un giro para aplicar un control al brazo; o, por último, y ante una situación de peligro, en la que podemos ser contundentes, podemos aplicar golpes directos o circulares, ejecutando seguidamente derribos mediante técnicas de enganche con el YAWARA o proyecciones, así como estrangulamientos circulatorios, apoyados en la facilidad que nos proporciona el uso del YAWARA.
Vemos, pues, que la TONFA POLICIAL es una defensa que nos ofrece una versatilidad superior al resto de sus homólogas, pudiendo disponer también de un modelo extensible que facilita su transporte y su uso, incluso por unidades de paisano, aunque recomendamos su uso para unidades de patrulla por su adaptabilidad a las distintas situaciones policiales todo ello sin olvidar que el uso de la TONFA como dotación policial debe de ir acompañado de una formación adecuada de los agentes a los que se le facilite.
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