JUDO



ORIGEN DEL JUDO



El Nihon Shoki (año 720), uno de los documentos más antiguos del Japón, habla ya sobre una lucha cuerpo a cuerpo entre dos legendarios guerreros samuráis, Sukume y Kenhaya, que se celebró en presencia del emperador Suizin, en su honor.





          El combate acabó con la muerte de Kenhaya. Este hecho se considera el punto de partida de sistemas de lucha como el sumo y del Ju-Jitsu. Posteriormente, durante el reinado del emperador Saimu, se establecieron unas reglas, creándose al mismo tiempo 48 técnicas. 


     Fue el inicio del Sumo, y quedó incluido en el calendario ritual de la Casa Imperial. De esta manera nace el Ju Jitsu, como una necesidad para los samuráis en el caso de lucha cuerpo a cuerpo, a pesar de contar con tener que llevar puesta la armadura (Yoroi o Kattyu). De hecho, existe una gran interrelación entre la evolución de la armadura usada por los samuráis y el desarrollo del Ju Jitsu.

             E V O L U C I Ó N

Para poder comprender mejor la evolución se hace preciso conocer el desarrollo de los siguientes períodos o eras japonesas:



    
 LA  ERA  KAMAKURA (siglos XII-XIV)

            La Era Kamakura fue un período de gran expansión artística y cultural, llegando a influir, en cierta manera, hasta en la decoración de las propias armaduras.



La armadura de este período era de gran peso y restaba mucha movilidad. Las técnicas del Jujitsu usadas es esta época eran relativamente simples. Las armaduras, se fabricaban con lazos rojos, con casco y piezas para los hombros. Eran muy llamativas y ornamentales. 


Demostraban técnicas altamente desarrolladas de las artes decorativas de las piezas.







              LA  ERA  MUROMACHI (siglos XIV-XVI)
     

En este periodo desaparecen las grandes y pesadas armaduras del periodo anterior. Se tiende hacia las más ligeras. Esto se debe por la introducción en Japón de las "escopetas" (armas de fuego) de holandeses y portugueses en sus campañas de colonización, desconocidas para las artes de la guerra ancestrales japonesas.








LA  ERA  TOKUGAWA (siglos XVII-XIX)



Ante la aparición de esta poderosa arma, las armaduras concebidas para protegerse de las armas tradicionales como la lanza, el arco, la espada, ... ya no servían. Se vuelve necesario sistematizar un método de lucha con un protector más ligero y originar y crear técnicas de ataque y defensa más habilidosas. En 1532 se funda una escuela de Ju Jitsu llamada TAKENOUCHI RYU. Esta es la más antigua conocida con un estilo y una metodología sistematizada.


Al iniciarse el periodo Tokugawa una relativa paz reina en el país. Los samuráis, con la ropa cotidiana, continuaban perseverando en la práctica de Ju Jitsu, alternando con otras artes marciales como: KEN JITSU (Arte de la Espada), KYU JITSU (Arte del Arco), BA JITSU (Arte de la Equitación), SO JITSU (Arte de la Lanza), JO JITSU (Manejo de la Escopeta).  Las técnicas de Ju Jitsu de entonces comprendían proyectar, inmovilizar, luxar y estrangular; además estaban permitidos los golpes con los Atemi Waza e, incluso, utilizar la espada corta, la cuerda, etc. En esta época aparecen numerosos y eminentes expertos en distintos estilos de lucha. Los más famosos son: SEKIGUCHI RYU  (Destaca por la creación de los Ukemis), YOSHIN RYU y TENSHIN SHINYO RYU (Influenciado por las escuelas Yoshin Ryu y Shinnoshindo Ryu. Su Katame Waza y Atemi Waza han sido la base del Kodokan Judo).




EVOLUCIÓN  DEL  JUJITSU  AL  JUDO 

A finales del siglo XIX los países extranjeros, encabezados por EEUU, amenazan a Japón con la apertura del país para establecer intercambios culturales y comerciales; tras diversas batallas en el propio país entre partidarios del aperturismo y contrarios a él, Japón acuerda cambiar su política exterior. Así termina su aislamiento que duró 300 largos años. 


En 1868 comienza la Era Meiji; fue también el comienzo de una gran reforma en todos los aspectos, despertada por la influencia de las culturas occidentales. En 1871 se prohíbe en Japón llevar armas, y como consecuencia la clase samurai empieza a desaparecer de la historia de Japón. Aquellos expertos maestros prestigiosos en artes marciales que servían a sus señores feudales fueron obligados a cambiar de profesión, y muchas escuelas desaparecen. Aun así, algunas escuelas famosas se mantienen obstinadamente en sobrevivir. 


JIGORO  KANO: Fundador y Creador del JUDO





(Mikage, 1860 - 1938) Maestro de artes marciales japonés que fue el fundador del judo, y única persona en el mundo con el título de sensei ('maestro'). Miembro de una familia acomodada de altos funcionarios imperiales, fue un chico de aspecto débil y enfermizo, tercero de cinco hermanos. En 1881, a los dieciocho años de edad, se matriculó en la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad de Kioto. El viaje a la capital, donde las artes marciales se hallaban en su apogeo en la segunda mitad del siglo XIX, había sido un momento largamente esperado por Kano, quien poco antes había comenzado el estudio del jujutsu (técnicas de combate encaminadas a vencer al contrincante con un mínimo de fuerza), obsesionado como estaba por aprender ciertas técnicas defensivas que le permitieran paliar su fragilidad física.

      
Se inscribió en la escuela de Ryuji Katagiri, quien pensó que Jigoro era demasiado joven para practicar en serio, así que el joven se puso bajo la tutela de Fukuda Hachinosuke, cuyo método de enseñanza permitía a los alumnos desarrollar en cierta manera su propio estilo, ejercicios libres con varios movimientos (lo que se denomina randori). Cuando en 1879 el maestro murió repentinamente de una grave enfermedad, el joven de diecinueve años se convirtió en discípulo de Iso Masachi, en cuyo dojo permaneció por espacio de dos años practicando el jujutsu con tal dedicación que su maestro le hizo ayudante suyo y Kano empezó a impartir clases. Sin embargo, no estaba del todo satisfecho porque en su fuero interno sentía que debía continuar su aprendizaje antes de seguir con la docencia. Conoció entonces a Iikudo Tsunetoshi, maestro de la escuela Kito-ryu, y empezó a entrenar en su dojo.
Le daba vueltas en la cabeza la idea de introducir ciertas reformas en el jujutsu, porque era evidente que su delgadez le dejaba en desventaja frente a un contrincante más corpulento, así que empezó a trabajar en técnicas que requirieran un mínimo esfuerzo. Desarrolló la manera de arrojar a su oponente al suelo con sólo un giro alrededor de los hombros, una técnica a la que dio el nombre de kata-guruma, y que pronto fue seguida de otras muchas, basadas en que había que desequilibrar al contrario para poder proyectarle luego con facilidad, mediante un giro de la cadera o de los hombros. No creó un nuevo sistema de jujutsu, simplemente aplicó una serie de principios científicos y eliminó aquellas técnicas que le parecieron lesivas o peligrosas, todo lo cual le llevó a disciplinar no sólo el cuerpo, sino también el espíritu.
En 1882, con tan sólo veintidós años de edad, fundó su primer dojo (en la actualidad, 'lugar de entrenamiento para las artes marciales', pero antiguamente se denominaba así la sala de meditación de los recintos sagrados) en el templo budista de Eisho-ji de Tokio con la ayuda de sus propios alumnos, a quienes otorgó los primeros cinturones negros. Su antiguo maestro, Iikubo, pasaba dos o tres veces a la semana por el Kodokan (como llamó a su escuela) para impartir sus enseñanzas a los discípulos de Jigoro. Un año antes, en 1881, había obtenido su graduación en la Universidad Imperial de Tokio, y empezó a dar clases de literatura en la escuela Gakushuin, una exclusiva institución para los hijos de la alta sociedad japonesa.


Simultaneaba su instrucción en el dojo con su trabajo en el colegio y la preparación de sus clases; en realidad, aplicaba las mismas técnicas pedagógicas con sus alumnos, tanto en el dojo como en el aula, basadas en una severa disciplina, no exenta de generosidad (se dice que ofrecía ropas y comida a sus discípulos pobres). Sin embargo, los continuados entrenamientos en el templo acabaron por deteriorar el suelo y las imágenes sagradas, así que los monjes le conminaron a abandonar el lugar. Finalmente consiguió que le dejaran construir un pequeño dojo en un edificio anexo al templo.
En 1884, pasó a prestar sus servicios en el Ministerio de la Casa Imperial; ese fue el año en que se establecieron finalmente las reglas del Kodokan (literalmente 'escuela para el estudio de la vía'). Aquel pequeño dojo inicial se había convertido en un gran centro al que acudían japoneses y extranjeros. Jigoro adoptó entonces el que sería el lema del judo: "Sólo a través de la ayuda y de las concesiones mutuas puede un organismo que agrupa a individuos en gran o en pequeño número encontrar su plena armonía y realizar progresos serios", y tomó como emblema la flor del cerezo (sakura). El éxito fue inmediato y, como era previsible, surgió una fuerte rivalidad entre el judo y el jujutsu, que asistía a su declive durante estos últimos años del siglo XIX. Hacia 1886, Kano cambió de nuevo el emplazamiento de su escuela a la residencia de uno de los personajes más influyentes de la Era Meiji, el barón Yajiro Shianngawa, lo que dio al judo el espaldarazo definitivo sobre el resto de las artes marciales.

En agosto de 1891 contrajo matrimonio con Sumako, la hija mayor del sensei Takezoe, en otro tiempo embajador en Corea. Tuvieron nueve hijos, seis hijas y tres hijos, uno de los cuales, Risei, llegó a ser la cabeza del Kodokan y de la Federación de Judo de Japón. Mientras tanto, continuaba su carrera de funcionario, en la que iba ascendiendo progresivamente, así que en 1893 fue nombrado Decano de la Escuela Normal Superior de Tokio. Su mentalidad progresista fue revolucionaria para el sistema educativo japonés, pues abrió las puertas a los estudiantes procedentes de las clases sociales más bajas y forzaba a los que procedían de la aristocracia a realizar tareas humildes para disciplinarlos.
En 1889 hizo uso de su posición oficial para viajar a Europa, donde realizó demostraciones de judo en la ciudad francesa de Marsella. Posteriormente fue enviado en varias ocasiones en misión oficial a China y Europa (1902, 1905 y 1912) para proseguir con sus enseñanzas de judo. Fue el primer japonés miembro del Comité Olímpico Internacional, cargo desde el que asistió a los Juegos Olímpicos de 1912 en Estocolmo, a los de 1932 en Los Angeles y a los de 1936 en Berlín; en 1915, el rey Gustavo de Suecia le impuso la medalla olímpica en recompensa a sus esfuerzos para promover el deporte dentro de un espíritu elevado.
Cinco años más tarde, en 1920, se jubiló para dedicarse por completo a la difusión del judo pero, para entonces, ya contaba miles de adeptos. El Kodokan, situado en Suidobashi, celebró su cincuenta aniversario en 1934 con una impresionante ceremonia a la que asistió el príncipe imperial y otros altos cargos de Japón. A su muerte, en 1938, dejó una obra escrita, Kodokan, en la que se exponían los fundamentos de su filosofía. En 1962 se construyó en Tokio un nuevo edificio, llamado Budokan, para reemplazar al Kodokan y dar cabida a maestros de otras disciplinas de jujutsu, como el aikido, y dos años después se consiguió que el deporte del judo fuera considerado disciplina olímpica. Las mujeres por su parte, no lo verían incluido en su programa hasta los juegos de Seúl.
 
Aspectos generales





El judo o yudo  (del japonés 柔道, じゅうどう, jūdō, pronunciado en español ['ʝu.ðo]) es un arte marcial y deporte de combate de origen japonés.
El término japonés puede traducirse como «el camino de la suavidad» o «camino suave» .
Los practicantes de este arte marcial son denominados «judocas» o «yudocas».


El judo como deporte permite una educacion física  integral, potenciando por medio del conocimiento de este las posibilidades psicomotrices, tales como la ubicación espacial, la perspectiva, un trabajo  ambidiextro , la lateralidad, la coordinación conjunta e independiente de ambas manos y pies, y acciones como lanzar, tirar, empujar, arrastrarse, saltar, rodar, caer, entre otras; y de relación con otras personas, haciendo uso del juego y la lucha como un elemento integrador y dinamizador e introduciendo la iniciación técnico, táctico y deportiva de forma adaptada, además de buscar un acondicionamiento físico general e idóneo.
Actualmente el judo en su forma deportiva se ha especializado en los lanzamientos, con algunas pocas sumisiones, luxaciones y estrangulaciones. No obstante, en su práctica integral no ha dejado de lado la enseñanza de los golpes, los desarmes, varias luxaciones articulares, el uso de los puntos de presión y los métodos de reanimación, lo que lo hace muy apropiado para el uso por fuerzas de seguridad, cascos azules, policias, militares   entre otros.

La no resistencia

En el estudio del judo, la no resistencia constituye un principio técnico primordial. Un judoca debe ceder a la fuerza de su oponente conforme si se es empujado o traído, ya que, al obrar así, no solamente se anula el esfuerzo contrario y se optimiza el gasto de la propia energía, sino que facilita más la conservación del equilibrio de lo que se lograría al ofrecer resistencia, al tiempo que se debilita el equilibrio del oponente. En una palabra, es la manera de aceptar las cosas según se presentan para cambiarlas ventajosamente. Fue debido a este factor que el arte se diera a conocer con el nombre de jiu-jitsu (arte gentil) y judo (forma de gentileza).
Este principio, tal y como lo hemos descrito, puede parecer lo suficientemente sencillo y claro como para que cualquiera pueda entenderlo y seguirlo en la práctica; más para actuar sin oponer resistencia al ser atacado y para guardar el debido equilibrio o postura en circunstancias que cambian rápidamente, es preciso alcanzar un alto nivel de sutileza.
Otro aspecto de la no resistencia es que en el judo nuestro interés es inicialmente despertado por su llamativa presentación, el poder sugestivo de su arte, etcétera. Posteriormente, en su estudio y entrenamiento, el interés se centra en la técnica de su arte y en el progreso físico. El anhelo principal es el de alcanzar grados superiores y tener notables actuaciones en las competiciones en que participe.
Si no se desiste en esta etapa, por cualquier tipo de desencanto o por el desaliento que produce la dura tarea de los ejercicios fundamentales en los entrenamientos, se habrá progresado al realizar y comprender los principios de la no resistencia, la naturaleza de la fuerza y la debilidad.
Con lo anterior, se tendrá conciencia de la seguridad en uno mismo y un acendrado sentido del equilibrio que surge del interior. El disfrutar de los efectos beneficiosos del ejercicio mental y físico, así como de la distracción que proporciona el entrenamiento, se convierten en la atracción principal.
Cuando se pasa la etapa de los ejercicios básicos y se alcanza un grado aceptable de técnica, es cuando se empieza a apreciar la sutileza y finura de este arte. Entonces, una vez superada la dura etapa del aprendizaje, es cuando ya el interés se concentra en más puntos que la obtención de la eficiencia en el arte, también en el movimiento estético simple, la coordinación rítmica de los componentes del cuerpo, el equilibrio mental y físico, etcétera. Por ello, hay muchos practicantes que, aun siendo su objetivo el obtener grandes resultados en competiciones, se torna indiferente al hecho de resultar vencedor o vencido en competición y considera al oponente como un compañero que coopera en el esfuerzo para la demostración del arte que practican.
De hecho, en los entrenamientos, el ser hábilmente proyectado se vuelve tan agradable y divertido como lo es la sensación de satisfacción que se deriva de una perfecta ejecución de una proyección.
Así, a través de todas las etapas del progreso, el sentido estético se afianza al lado de la eficiencia, ambos mental y espiritualmente listos para proseguir el avance en busca de la identidad del más huidizo, del más concentrado en sí mismo, del más dominante "yo, la llave de todas las cosas".
En esta forma, el entrenamiento del judo, sobre el principio de la no resistencia y el equilibrio promueve el proceso mental que, a su vez, conduce a una mejor comprensión de las leyes naturales y la forma de resolver los problemas humanos, independientemente de cualquier tipo de fuerzas ideológicas a que estemos sujetos.


Aspectos psicológicos

El judo es un deporte de lucha de práctica individual, con actividad directa, recíproca y agonista. Se lleva a cabo en un terreno delimitado y estabilizado, en el que lo único que cambia es el comportamiento de los judocas.
Con respecto a los deportes agresivos y violentos, se considera violento todo aquel deporte que en su práctica requiere la ejecución de actos físicos realizados con violencia, como por ejemplo, golpear un balón, golpear una pelota con raqueta, entre otras; siendo esta una característica del deporte en sí. El judo podría ser considerado un deporte violento, ya que la ejecución de las diversas técnicas requiere de un esfuerzo físico importante. Se considera agresivo todo aquel deporte que en su práctica tiende a una voluntad de dañar al oponente. El judo no se considera un deporte agresivo ya que la intención no es la de dañar al contrario. Es importante notar que en la práctica competitiva del judo es penalizada toda acción encaminada a dañar al oponente, siendo incluso prohibidas en la práctica deportiva aquellas luxaciones que son generadoras de un índice de lesiones muy alto, como las aplicadas a las extremidades inferiores, columna y cuello. El judo es un deporte violento por la ejecución pero no agresivo por la intención. La violencia es más una característica del deporte en sí mientras que la agresividad es un componente del deportista.


Vestimenta


Niño vestido con un judogui de color azul, con obi blanco.


La vestimenta usada en el judo recibe el nombre de judogi, y con el cinturón (obi) forma el equipo personal y necesario para poder practicarlo, esta deriva de la manera de vestir en Japón antes del siglo XX.
Los colores de los judogi pueden variar, siendo un "judogui" azul o uno blanco, pero de preferencia es este último el más visto. El color azul o cualquier otro color que no sea el blanco solo se puede usar en competiciones en las cuales se permita, pero nunca para la realización de los katas.
Los judoguis en general son de algodón, de otras fibras fuertes, o reforzados. El judogi puede ser de una tela sencilla o puede tener un tramado específico, el último es más caro, pero más resistente. A los principiantes se les recomienda el más sencillo.
No olvidemos que el judo es un deporte olímpico de combate, y actualmente la meta de gran parte de los practicantes de este deporte es llegar a competir en los Juegos Olímpicos.
La vestimenta y sistema de grados kyu y dan por cintas y cinturones, usada en el judo fueron adoptados por el karate-do, a partir de 1922. Y por el aikidō en los años treinta. Este sistema de grados, ha sido asimismo copiado o adaptado por muchas otras artes marciales, deportes de combate y sistemas híbridos modernos de desarrollo coreano, estadounidense, hawaiano, etc., en el siglo XX.

Obi o cinturón

El cinturón (obi en japonés) sirve para sujetar el traje.
En occidente, los cinturones son siete y empiezan con el color blanco y le siguen el amarillo, el naranja, el verde, el azul, el marrón, el negro y posteriormente se aumenta por medio de los dan. Esta graduación progresiva fue implementada inicialmente en Francia por el maestro Mikonosuke Kawaishi, pues inclusive en Japón, es poco usada, aunque algunas escuelas preservan los cinturones blanco, marrón y por supuesto, el cinturón negro. El maestro fundador Jigorō Kanō, no poseía ningún grado por cinturón puesto que era el soke (o fundador del arte marcial), quien a su vez había sido diplomado en los estilos Tenjin Shin'yō-ryū, y la Kitō-ryū, del Jiu-jitsu clásico o Koryū budō, según el sistema clásico por juramento y diploma, o Menkyo kaiden. Actualmente, el grado más alto alcanzado después del cinturón negro, es el cinturón rojo y blanco, hasta el 8 Dan, hasta llegar al cinturón rojo 9 Dan. El décimo Dan grado únicamente conseguido por trece hombres nombrados 10 dan. Así que los colores del cinturón para los grados del dan en el judo, son: 1.º dan; al 5.º dan, negro; 6.º; al 8.º dan, rojo y blanco; 9º y 10.º dan, rojo.
El color de la cinta simboliza el proceso de aprendizaje gradual y crecimiento de la persona; el color se va oscureciendo con los años de dedicación y práctica. En Japón donde la popularidad, la constancia y la perseverancia posterior al cinturón negro primer dan son mayores que en Occidente los colores del cinto del judoca son tres (blanco, marrón y negro). En occidente se usan siete colores y cada uno representa algo distinto que tiene que ver con el desarrollo en esa etapa del aprendizaje.
Los cinturones de colores en judo van en el siguiente orden desde el menor al mayor grado.


Kyu




Un judoca siempre comienza en judo vistiendo un obi o cinturón blanco.
Los kyu son los cinturones de los judocas principiantes.

  • 6 ª Kyu -* Blanco (ingenuidad - pureza)
  • 5 ª Kyu -* Amarillo (descubrimiento)
  • 4 ª Kyu -* Naranja (ilusión - amor)
  • 3 ª Kyu -* Verde (esperanza - fe) NHD
  • 2 ª Kyu -* Azul (idealismo) AAD
  • 1 ª Kyu -* Marrón (iniciación al conocimiento)
Para los niños pequeños pasan por puntas para evitar que lleguen muy rápido a kyu altos muy jóvenes, es decir, si está blanco y avanza, sigue cinturón blanco con punta amarilla y así sucesivamente.

Dan

Dan significa ‘escalón’ y proviene del juego del go, de origen chino. A los grados dan o avanzados se les considera como sensei, profesor o maestro. Negro (experto)

  • Negro 1.º dan: Sho dan
  • Negro 2.º dan: Ni dan
  • Negro 3.º dan: San dan
  • Negro 4.º dan: Shi dan
  • Negro 5.º dan: Go dan
  • Rojo y blanco 6.º dan: Roku dan
  • Rojo y blanco 7.º dan: Shichi dan
  • Rojo y blanco 8.º dan: Hachi dan
  • Rojo 9.º dan: Kyu dan
  • Rojo 10.º dan: Ju dan

Obi del Sense

En 1920 el Instituto Kodokan, fundado en 1882 por Jigoro Kano como la primera escuela de judo, establece las normas para los cinturones Kyus y danes, y que son admitidos posteriormente por la Federación Internacional de judo.
En
1883 se establecieron finalmente los colores para los grados dan, que acogen la mayoría de artes marciales de Japón posteriormente como en el caso del karate y el aikidō.
Las normas en el Kodokan se establecen hasta 12 dan, quedando a disposición del presidente de dicha institución el otorgamiento de 12 dan.

  • Del 1 al 5 dan: cinturón de color negro.
  • Del 6 al 8 dan: cinturón blanco/rojo.
  • Del 9 al 11 dan: cinturón rojo.
  • El 12 dan: cinturón blanco (honorífico al que está prohibido llegar por respeto a Kano).
Oficialmente, se reconoce como grado máximo el 11 dan. Existe el mito de que el fundador o Shihan ostentaba el grado de 12 dan con cinturón blanco, pero no es cierto. Jigoro Kano no poseía ningún grado por ser precisamente el fundador.
Actualmente en algunos dojos en
Japón se han empezado a utilizar también cinturones de colores para los niños. Para los niños hay "niveles intermedios entre cinturón y cinturón" en los que se le va poniendo bandas del próximo color a obtener, con el fin dar lugar a un mejor proceso de aprendizaje.
Las graduaciones dan se otorgan por tiempo mínimo dependiente de cada graduación; por ejemplo, para presentarse al examen de segundo dan, debe tener un tiempo mínimo de práctica constante de dos años, y así aumentando un año por cada grado Dan, es decir que para presentarse para un tercer dan, se debe tener más de tres años como mínimo en segundo dan. Cabe destacar, que la graduación también puede ser concebida por la federación internacional como reconocimiento a la promoción y difusión del deporte, desde el 5 o 6 Dan.


Historia y evolución del Judo en España 

  El Judo es, sin duda, el arte marcial-deporte más universal. No cabe duda de que ha superado ampliamente las expectativas de se fundador, el maestro JIGORO KANO, cuando comenzó la divulgación de Su método de JU-JlTSU en el Templo EISHOJI de Tokyo con nueve alumnos y un pequeño Tatami; allá por el año 1882.
  El Maestro Kano nació en una época crucial para que las artes de la guerra, las artes marciales. dieran un giro hacia unos conceptos filosóficos, para que además de su efectividad en combate, éstas aportaran a la persona unos valores aplicables a la vida cotidiana en el mundo que nos ha tocado vivir.
  En los años del joven Kano, Japón estaba abierto a la modernidad, siendo sus tradiciones relegadas a un segundo lugar por todo lo que venía del exterior; las artes marciales tradicionales, parte intrínseca e inseparable del pueblo japonés, no fueron una excepción.
  En estas circunstancias, en la historia del Japón, surgió la mente visionaria y adelantada a su tiempo del Maestro Kano, hombre culto y conocedor también de las costumbres y valores occidentales. Sabedor de los valores que podían aportar las artes marciales a la juventud y en general a toda persona que las practicase, Kano estudió numerosas escuelas de Ju Jitsu, profundizando en dos de ellas: la TENSHIN-SHINYO-RYU y la KITO RYU, en las que llegó en escasos años de práctica a alcanzar que se le otorgasen los pergaminos que avalaban sus conocimientos técnicos.
  En un principio, el Do (camino) de Kano no fue un camino fácil, fue duramente criticado por maestros tradicionales de Ju Jitsu que veían como éste se apropiaba de los conceptos técnicos y organizativos de sus métodos para crear su propio método al cual llamó en un principio KANO JU JITSU y al que más tarde llamó KODOKAN JUDO, ya que este concepto, Judo: camino de la suavidad, lo encontró adecuado para expresar lo que él sentía como su método de Ju Jitsu ideal, SEIRYOKU ZENYO: máximo de eficacia con el mínimo esfuerzo. Además de introducir en su método Kodokan Judo cuanto conoció que seguía su concepto, también introdujo conceptos y técnicas personales que revolucionaron la metodología existente en ese momento en las artes marciales.
  Momentos importantes sucesivos contribuyeron a divulgar el Judo, así un hecho crucial en su expansión fue ganar en sucesivos torneos de la policía frente a las escuelas de Ju Jitsu tradicionales, de estas gestas surge la figura de SHIRO SAlGO, inmortalizado en la leyenda de Sugata Sanshiro llevada al cine por el mítico director Kurosawa. También fue de vital importancia la fundación de la Asociación de las Artes Marciales del gran Japón (BUTOKU KAI), el establecimiento de su GOKYO y la participación del Kodokan Judo en el Congreso de Ju Jutsu en 1906, donde se establecieron las katas oficiales.
  Estos sucesivos momentos y muchos más llevados a buen término por sus pioneros colocaron al Kodokan Judo en donde hoy está, deporte olímpico desde 1964 en Tokyo y deporte recomendado por la Unesco como ideal para la infancia y la juventud por su alto grado de cualidades para la formación de la persona; de esta forma es deporte practicado por millones de personas en los cinco continentes.
  Judo y Ju Jitsu fueron introducidos conjuntamente en nuestro continente a finales del siglo pasado y primeros del presente.
  El pionero fue el MAESTRO TANI y su hermano, que llegaron a Londres en 1899 seguidos por los maestros UYENICHI, MIYAKE, OHNO, AIDA y, posteriormente, en 1906, el Maestro KOlZUMI, a la vez que en París también se introducía por el Maestro RENIE y más tarde por el Maestro KAWASHI al que le debemos numerosas aportaciones como son los cinturones de color, el Gokyo por grados...
  Pero centrémonos en el nacimiento y expansión hasta el momento actual del Judo en España.
  El pionero fue el Maestro peruano ALFREDO SAN BARTOLOMÉ allá por los años 50, el cual después de una breve temporada en un gimnasio de la madrileña calle Fuencarral fundó el club Bushidokwai en la calle Recoletos, para más tarde trasladarlo a la calle Donoso Cortés en la cual todavía permanece dirigido por el Maestro MACARIO GARCÍA, 7° Dan, y entrenador de la Selección Nacional.
  En una distancia escasa de tiempo llegó a Barcelona el Maestro francés H. BIRBAUM, 8° Dan, donde fundó el Judo Club Barcelona, del cual han salido Maestros, como por ejemplo VÍCTOR GASPAR CORTINA 8° Dan.
Alumnos del Maestro San Bartolomé fueron entre otros el Maestro José Navarro de Palencia, 8° Dan, y el Maestro Fernando Franco de Sarabia, 7° Dan, dicho maestro, lamentablemente fallecido, fue todo un señor de Judo, el cual fundó el legendario Gimnasio Escuela Samurai, ubicado en la madrileña calle de Juan Bravo y en la cual el autor de este artículo pisó por primera vez un Tatami allá por 1966.
  En la época de finales de los 60 y principios de los 70 había una gran rivalidad deportiva entre los clubs G. E Samurai y J. C. Barcelona, siendo sus encuentros en los Campeonatos de España seguidos con gran expectativa.
  En esta época el seleccionador y artífice de la expansión del Judo por la geografía española fue el maestro francés ROLAN BURGER, 8° Dan, y con la llegada del Maestro YOUNG LEE, 8° Dan, sin duda el mejor técnico que ha llegado a España, se vivió una época en la cual destacaron nombres como los actuales Maestros Rafael Ortega, 6° Dan, José L. Defrutos, 6° Dan, Rafael Hernando, 6° Dan, el ya mencionado Macario García, 7° Dan, Ignacio Bueno, 7° Dan. Páez, 7° Dan, o los fallecidos I. Sanz y Santiago Ojeda entre otros muchos que por la dimensión del artículo no podemos mencionar, pero que están en la mente de todos.
  Otros técnicos a destacar en la evolución del Judo actual son el Maestro Uzawa y el Maestro Shu Taira.
  Hoy día el Judo está en un momento que tras unos hechos políticos-personales ajenos al deporte y a las Artes Marciales, ha sabido colocarse como primer deporte olímpico individual en número de licencias y como la modalidad con mejores resultados globales internacionales en el último lustro, para ello baste el ejemplo de mencionar a algunos de los deportistas que han obtenido medallas de alta competición: Santiago Ojeda, León Villar, María del Mar Alcibar, Ángeles Medina, Miriam Blázquez, Almudena Muñoz, Yolanda Soler.
Miriam Blasco, Cristina Curto, Raquel Barrientos, Roberto Cueto, Sonia Andonegui, Alicia Salazar, Kenji Uematsu, Aythani Ruano, EIsa Rebollo, Leire Iglesias, Sara Álvarez como medallistas europeos.
  Miriam Blasco, José Ruiz, León Villar, Almudena Muñoz, Ursula Martín, Sara Álvarez, Isabel Fernández como medallistas Mundiales; y Miriam Blasco, Almudena Muñoz y Ernesto Pérez como Medallistas Olímpicos.
  Estos éxitos deportivos se han logrado gracias a un esfuerzo constante, día a día, y año tras año, del capacitado colectivo de profesores nacionales y haber llegado hoy día a un ambiente de trabajo en equipo y en el que cabe destacar la figura de un hombre que vive cada segundo por y para el Judo éste es, sin duda, FRANCISCO VALCÁRCEL ROBLES, persona entregada al trabajo de organización desde hace décadas y que desde la Fed. Española estructura todas las actividades deportivas de Judo y Deportes Asociados, todos reconocemos su incansable labor.
  Pero aunque para el neófito, Judo sea sinónimo de competición y de medallas, no debemos olvidar que fue creado como un método de defensa personal, altamente recreativo hoy día y que ya en la práctica de sus waza (técnicas) o en la práctica de sus kata (formas preestablecidas) se encuentran valores cotidianos y necesarios en la época actual, vigilar y promover su práctica desde estos aspectos es pues volver al origen, a la concepción original del MAESTRO KANO y esperar sinceramente que se cumpla su máxima JITA KYOEI, ayuda y desarrollo recíprocos.

Judo olímpico


El lugar donde se practica recibe el nombre de dojo en el suelo hay unas colchonetas de 2 x 1 metros y unos 5 cm de grosor llamado tatami para no dañarse al caer.
Los cinturones, amarillo (quinto kyu), naranja (cuarto kyu), verde (tercer kyu), azul (segundo kyu) y marrón (primer kyu) conforman el gokyo (go: cinco; kyo o kyu: etapas, pasos).
El judo, tiene como objetivo derribar al oponente usando la fuerza del mismo. En el judo de competición se puede vencer de cuatro formas: la primera es derribando al oponente sobre su espalda (tachi waza) provocando un ippon directo. Cuando el oponente no cae perfectamente sobre su espalda el combate puede continuar en lo que se conoce como trabajo de suelo (combate de suelo, newaza), aquí se pueden aplicar estrangulamientos, torsiones a la articulación del codo (luxaciones), o inmovilizaciones que consisten en mantener controlado al oponente en el suelo con la espalda pegada al tatami. También puede perderse un combate siendo descalificado por el árbitro o ganarse por puntos. Las estrangulaciones (shime-waza) solo pueden usarse en competición a partir de la categoría cadete (15 años o más) y las luxaciones (kansetsu-waza) a partir de la categoría junior (17 años o más). Los puntos se consiguen mediante derribos que no sean ippon directos, mediante inmovilizaciones que no alcanzan el tiempo necesario para ser consideradas ippon o mediante sanciones del árbitro al contrario.
La Federación Internacional de Judo es la organización mundial que se dedica a regular las normas del judo a nivel competitivo, así como de celebrar periódicamente competiciones y eventos, entre los que destaca el Campeonato Mundial de Judo. En 1962 el Comité Olímpico Internacional decidió aceptar el judo como parte del programa oficial de los Juegos Olímpicos, haciendo este deporte en la categoría masculina su aparición oficial en los JJ. OO. de 1964.
En el Judo competitivo se pueden marcar 3 clases de puntos:

  • Ippon: Punto completo, gana el combate. Cuando se proyecta al contrario, se obtiene un Ippon si se consigue derribarlo haciendo que caiga sobre su espalda. También se puntúa con ippon la inmovilización del adversario durante más de 20 segundos, si se rinde golpeando dos o más veces el tatami o si en una estrangulación o luxación se considera que debe finalizar el combate con victoria del que la ha realizado. En Occidente a menudo se considera que un ippon equivale a 100 puntos.
  • Waza-ari: Medio punto. Dos waza-ari equivalen a un ippon. Se puntúa waza-ari la proyección del adversario sin que llegue a caer completamente de espaldas. La equivalencia occidental de waza-ari es de 10 puntos.
  • Yuko: Punto menor que el waza-ari, equivale a 1/4 de punto y se obtiene al arrojar al oponente al suelo y este cae de lado. En occidente suele considerarse como 1 punto.
  • Koka: Era la menor de las puntuaciones y se otorgaba cuando proyectabas a tu adversario sobre sus piernas o nalgas, o en caso de que lo inmovilizaras en el suelo entre 10 y 15 segundos. (Actualmente, la puntuación de koka se ha suprimido, ahora el árbitro decide si es yuko o no se puntúa).
Del mismo modo que existe un sistema de puntuación para las acciones válidas, también existe otro para las penalizaciones o infracciones que realice el judoca. De tal forma:
  • Hansoku-make: Es una acción que equivale por sí sola la descalificación del judoca, al ser penalizado con 10 puntos. Significa conceder un ippon al adversario.
  • Shido: Supone una penalización, cuando la falta cometida es leve. El árbitro tomará nota de esa acción. Vale acotar que los Shidos son acumulativos, y van dando al contrario la puntuación equivalente en la escala, el primero es solo un aviso, el segundo (chui) cuenta como un yuko al oponente, el tercero (keikoku) un waza-ari. Cuando el competidor, llega al 4.º shido se convierte en hansoku-make.
En las nuevas reglas establecidas por la Federación Internacional de Judo se han eliminado las sanciones de chui y keikoku, dejando solo el shido para faltas leves (faltas tácticas), y el hansoku-make para faltas graves (que comprometan la integridad física de los competidores, o vayan en contra del espíritu del judo).
Todas las penalizaciones pueden ir sumándose hasta llegar a la eliminación del judoca. Las acciones prohibidas dentro del judo, y que pueden ser motivo de alguna de las penalizaciones anteriores son: Dar puntapiés, golpes, mordiscos o hacer cosquillas al contrario, ya sean para importunarlo o causarle dolor. Efectuar las llaves sobre las articulaciones excepto la del codo. Lanzar al adversario sobre el rostro. También es motivo de sanción (hansoku-make) (actualmente: según el nuevo reglamento ya no está permitido agarrar de las piernas salvo que tori coja de agarre cruzado en la espalada).
Los practicantes tradicionales piensan que actualmente se ha privilegiado demasiado su faceta deporte-competitiva (shiai) y se ha perdido la caballerosidad de la confrontación del judo original, así como las variadas técnicas de defensa personal; convirtiéndose en una lucha muy trabada basada en la fuerza, en la que es muy difícil ver la pureza de la técnica que antiguamente se enseñaba. Es por ello que quienes no disfrutan con la mera competición, pueden ampliar sus conocimientos y mejorar su técnica con la práctica del kata o "forma establecida", parte del judo que, como en otras artes marciales, conserva y detalla las particularidades de cada técnica para evitar que se deformen con el paso del tiempo: el kata establece la "forma esencial", y debe realizarse sin la más mínima variación. En España existe un sistema de competición de katas que, como en el karate, se ejecutan delante de un tribunal encargado de puntuar a cada participante. En el caso del judo, se compite por parejas pues todas las katas tienen un atacante (tori), que realiza la técnica, y un defensor (uke), sobre el que se realizan.
El Judo hizo acto de aparición por primera vez en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. Sin duda alguna la celebración en Japón de los Juegos Olímpicos supuso un importante impulso para este deporte, pero no pudo mantenerse en el programa olímpico y en los siguientes Juegos Olímpicos de México en 1968 desapareció sin que nadie fuera capaz a dar una explicación que convenciera a los deportistas y aficionados. Regresó para quedarse en los Juegos Olímpicos de Munich 1972 en una extraña decisión del COI y es que tan solo debieron de pasar 4 años para que este deporte volviera al programa olímpico.
Hasta los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 el Judo solo estuvo presente en categoría masculina, pero las Olimpiadas de Barcelona supusieron un cambio en muchos sentidos y sirvieron además para que el Judo diera cabida a las mujeres y se disputara por primera vez en la historia la competición de Judo femenino. Desde entonces se celebra la compoetici´`on tanto en categoría masculina y femenina con una gran éxito.
El programa olímpico de Judo se divide en siete categorías masculinas (-60 kg, -66 kg, -73 kg, -81 kg, -90 kg, -100 kg y +100 kg) y siete femeninas (-48 kg, -52 kg, -57 kg, -63 kg, -70 kg, -78 kg y +78 kg), dependiendo del peso de cada deportista. En total se reparten 42 medallas por las que lucharán una enorme cantidad de deportistas, de muchos países diferentes.

Área de competición

La Comisión de Deportes de la Federación Internacional de Yudo es la encargada de determinar los requisitos necesarios del área de competición.Tal y como recogen las "Reglas de Organización Deportivas de julio de 2015", el área de competición consta de dos partes, la zona de combate y la zona de seguridad que la rodea. La zona de combate debe tener unas dimensiones mínimas de 8 m × 8 m y máximas de 10 m ×10 m, y la zona de seguridad debe tener una anchura mínima de 2 m. Deben ser de colores distintos que contrasten fácilmente y los dos colores aprobados por la Federación Internacional de Yudo son el amarillo y el rojo. Excepcionalmente se pueden usar otros colores si la Federación lo autoriza.
El suelo del área de competición se denomina tatami y sus características técnicas también están recogidas en el reglamento de competición. Todos los tatamis deben ser aprobados por las correspondientes federaciones.









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